
-¡Eh eh eh eh eh eh, no te muevas! ¡Cierra los ojos! ¿Qué se siente cuando te toca una persona que hace meses que no puede acariciarte?
Sonrió dulcemente y le agarró la cintura.
-Te echaba de menos, enana.
Pero aquello sólo sucedió en su imaginación, en la espera silenciosa de un viernes por la noche.
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