domingo, 6 de mayo de 2012

Barca nueva; encuentra buen viento.


Que la suave brisa arrastre despacio tu barca hacia otros puertos, llenos tal vez de nuevas aventuras, piratas... Que sigas sonriéndole a la vida, dulce sirena mía, y que la sal de este mar feroz no amaine tus ilusiones.
Ojalá pudiera contemplar cada anochecer el brillo de tus ojos, llenos de luz y vigor, como si se tratase de dos luceros. Pero, te has cansado de nadar hasta la playa del desamor y, agotada ya de un amor siempre a medias, agitas tu cola en busca de otros mares; más grandes, más puros, más claros.
Tal vez no vuelva a verte, sirena mía. Déjame sentirte ahora, oler tu pelo, rozar tu piel. Respirar tu olor a vida mezclado con la sal. Déjame vivirte ahora si luego te vas a marchar...

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