viernes, 21 de mayo de 2010

Bienvenida...

Había esperado su llegada nueve largos y duros meses, pero al fín podía tocar su cuerpecito. No era como las demás, pesaba menos de lo que debería y sus rasgos dejaban entrever los problemas de una vida aún por dibujar. Pero agarró su diminuta mano y mirándole a los ojos susurró con la dulzura de una madre: Bienvenida pequeña, será dificil, pero yo estaré contigo.

1 comentario:

  1. Y que bello momento es el imaginar el amor que esas palabras transmiten, la luz que veríamos reflejada en los ojos de la persona de cuya boca emanarían, y el encantamiento de contemplar esa situación sabiendo los sufrimientos pasados y que podrán llegar, pero, mejor aún, las alegrías que de su mano vendrán.

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