miércoles, 1 de julio de 2009

Dulce niña mía



Puedo pasar horas mirando sus ojos, llenos de paz, pureza y tranquilidad. Me sorprende la claridad con que me miran, como si me invitaran a pasar largas noches buceando en su inmensidad. Azules, son azules como el mismo mar, y cuando llora mi alma se parte y naufraga quedando preso en su dolor. Me enamoré de lo frágil que parece, y yo, que soy fuerte y presumo de valentía, en demasiadas ocasiones tuve que aprender de su coraje. Traté de refugiarme en su pelo, quise pasar allí mi eternidad, cubierto entre los brillos de su cabello casi dorado. Pero lo más fascinante de ella aún está por nombrar. Su sonrisa... Sus dientes contrastaban totalmente con el tono de su pelo. Este asemejaba el sol en todo su explendor, mientras que su sonrisa, blanca como la nieve, parecía la más hermosa de las lunas. Siempre quise protegerla, y tardé demasiado en entender, que era yo quien necesitaba su cuidado, que era ella quien llenaba mi vida y eliminaba lo peor de mí....

¡Oh dulce niña mía!

Este texto está inspirado en la canción sweet child O' mine de Guns and Roses. Y se lo dedico a la persona que hizo que descubriera esta canción... ALEX.

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