domingo, 5 de julio de 2009

Gotas


Todos somos como pequeñas gotas de agua, destinadas a desembocar en un mismo mar, pero cada una elige su camino. Hay gotas atrevidas, que van por el mundo explorando grandes cosas. Sin miedo a quedarse solas, sin necesidad, en muchas ocasiones, de un acompañante.... se enfrentan con frecuencia a enormes riesgos. Otras, por el contrario, van deslizándose despacito, dejando que su cuerpo se resvale, teniendo siempre calculado lo que pasará en cada momento.
Un día conocí una de esas gotitas reservadas, que tratan de hacer poco ruido, para no ser descubiertas. Y fue mágico su misterio. De pronto sentí uno de esos impulsos imposibles de frenar... CONOCER A FONDO CADA UNO DE SUS RINCONCITOS. Poco a poco ambos dejamos que nuestros corazones se llenaran de la esencia del otro.
Serenidad, eso me daba hablar con mi gotita.
A veces se escondía en sus miedos, procurando ser discreto, interponiendo una barrera de hielo que lo trocara todo en más sencillo para él. Y esa frialdad acabó rompiendo su corazón en demasiados pedazos.
¡No llores, pequeño! Cada paso que diste, cada segundo de tu vida, te atrajo lentamente a la felicidad.
Hoy al fín sonríe, y cada lágrima, cada amargura suya, acabó por ser tan mía como de él. Creo que nunca entendió que nació algo nuevo en mí cuando sus ojos llenaron de tranquilidad mi alma, que me hizo sentir distinta, y comprender que en ocasiones, el silencio es más hermoso que cualquier palabra. Esta dulce gotita, logró con sus miradas apaciguar feroces presas. Siempre creyó ser como todos, pero algo en su interior luce con más fuerza. Es una luz cegadora que hace que no puedas alejarte de su cuerpo. Por eso con el tiempo comprendí que si tuviera que definirla diría, que es, sin duda.... UNA GOTA DEL PERFUME MÁS INTENSO JAMÁS INVENTADO, UNA LÁGRIMA DE ALEGRÍA, LA ÚLTIMA GOTA DEL ROCÍO DEL PRIMER AMANECER.

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